EN este salmo no hay plegarias, sólo hay regocijo ante la abundante provisión de Dios. Son palabras de quien tiene paz en el presente y esperanza gloriosa en cuanto al porvenir.
Sólo una vez se mencionan los enemigos de quienes tanto se dice en el primer Libro de los Salmos. Jehová y el salmista llenan todo otro tema.
Estamos acostumbrados a decir que este es el salmo del pastor, pero quien habla es la oveja. Notemos que son tres las figuras que podemos ver y tres las bendiciones que nos presentan:
1. Provisión (vs. 1,2
1Jehová es mi pastor; nada me faltará.
2En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.). La oveja y su pastor están a la vista. No se habla del rebaño, sino de una relación personal con el que quita el hambre, la sed y la fatiga.
2. Dirección (vs. 3,4
3Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.). El viajero y su guía pasan por el valle de sombra de muerte. Aunque persiste la figura del pastor con vara y cayado, la mención del alma y de las sendas de justicia hacen pensar en un ser responsable moralmente.
3. Comunión (vs. 5,6
5Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
). El huésped está en casa del anfitrión que le ofrece todo lo que tiene: mesa, aceite, copa que rebosa, pero sobre todo, su presencia para siempre (Fil. 4:19Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.).
¿Puede repetir de memoria este salmo?