SE acercaba la hora para la cual había venido a este mundo (Jn. 12:27Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.), y los que seguían al Rey presentían que algo iba a acontecer. Para que no tuvieran que depender únicamente de sus sentimientos, el Señor se vuelve a presentar como el Hijo del Hombre que sería condenado a muerte.
El Rey tenía sus ojos puestos en una cruz, mientras que sus vasallos pensaban en coronas y esto provoca una petición (v. 22Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos.) y una división entre ellos (v. 24Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos. ).
Más adelante los ciegos escuchan al Rey decir: “¿Qué queréis que os haga” (v. 32Y deteniéndose Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga?)? Pero los que seguimos al Rey debemos preguntar: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Hch. 9:6El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.). Aquí, la respuesta a esa pregunta fue: “¿Podéis beber,... y ser bautizados...?” (v. 22Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos.). La copa y el bautismo nos hablan de sumisión a los propósitos de Dios y obediencia “hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil. 2:8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.). El bautismo que menciona el Señor es una entrega total a la voluntad del Padre.
Nosotros, en nuestro camino a la ciudad celestial, no pensemos tanto en las coronas que nos olvidemos de la cruz. Estamos en este mundo para servir como lo estuvo el Hijo del Hombre (v. 28como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.).