DOS veces aparece esta frase en Mateo (20:16Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos. y 22:14Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.). La terquedad del hombre que se niega a aceptar la voluntad de Dios en forma total y también su desidia, son los factores para que los muchos se vuelvan pocos. Entre los MUCHOS están:
1. Los esclavos del trabajo. Abrumados por las tareas de la vida, nunca alzan sus ojos al cielo ni piensan en la eternidad.
2. Los esclavos del dinero. Al igual que los anteriores, no les importa el evangelio; prefieren sus bienes temporales.
3. Los esclavos del pecado. Para estos, la voz del evangelio es una afrenta. Como Herodes, no soportan que se les marque sus faltas y tratan de silenciar con la muerte la voz que les condena (14:5,105Y Herodes quería matarle, pero temía al pueblo; porque tenían a Juan por profeta. 10y ordenó decapitar a Juan en la cárcel.). Estos tres (vs. 5,65Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios; 6y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron. ) ni siquiera aceptaron el llamado. No fueron dignos (v. 8Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos.). Esto abrió la oportunidad del evangelio para todos.
Encontramos a uno más que no califica entre los escogidos:
4. El esclavo de la religión. Quería vestirse con sus obras y no con la justicia de Cristo, provista por Dios (vs. 11,1211Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. 12Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció.).
Finalmente consideremos a los POCOS: Estos son los “llamados y elegidos y fieles” (Ap. 17:14Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.).