JOSÉ pasó de la humillación de la cárcel al trono de una nación poderosa. Pregonaron delante de él: “¡Doblad la rodilla!” (v. 43y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.).
Esta historia nos recuerda las palabras de Isaías: “Por cárcel y por juicio fue quitado” (Is. 53:8Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.). Recordamos también que el Hijo del Hombre recibió toda potestad (Mt. 28:18Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.), y que Dios lo exaltó “con su diestra por Príncipe y Salvador” (Hch. 5:31A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. ). Desde el cielo, Cristo intercede por nosotros y nos brinda oportuno socorro. ¡Cómo nos agrada contemplarle sobre el trono! Notemos en este pasaje:
1. La sabiduría de José (v. 39Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. ). Fue la misma que tenía estando en la cárcel. No llegó a ser sabio al ser engrandecido sino que fue engrandecido por ser sabio.
3. Su suficiencia (vs. 47-49 47En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo a montones. 48Y él reunió todo el alimento de los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y guardó alimento en las ciudades, poniendo en cada ciudad el alimento del campo de sus alrededores. 49Recogió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número. ). La tierra produjo a montones y hubo trigo como la arena del mar. Todo llegó tal como fue prometido en el sueño.
Lo escrito de José se puede decir con creces de Cristo. Su sabiduría y sus riquezas son inescrutables y él quiere y puede suplir todo lo que nos falta si le reconocemos como nuestro Señor y Salvador.