LOS primeros versículos de nuestra porción sirven para recordarnos que la vida de un pastor es difícil. Son un excelente comentario sobre la frase de Juan 10:11Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas..
1. “El buen pastor su vida da por las ovejas”. Nuestro Buen Pastor ha hecho aún más por nosotros de lo que Jacob hizo por las ovejas de Labán. Notemos: “Yo pagaba el daño” (v. 3939Nunca te traje lo arrebatado por las fieras: yo pagaba el daño; lo hurtado así de día como de noche, a mí me lo cobrabas.). Cristo pagó lo que no debía para librar al hombre del pecado y sus consecuencias.
2. “De día me consumía el calor, y de noche la helada” (v. 40De día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos.). Tampoco duerme el que cuida de nosotros (Sal. 121:3,43 No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. 4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel.).
La bendición de Mizpa (v. 49y Mizpa, por cuanto dijo: Atalaye Jehová entre tú y yo, cuando nos apartemos el uno del otro. ) es hermosa, pero muchas veces se cita sin pensar en el fondo histórico. No es el deseo de dos amigos que se aprecian mucho, sino de dos contrincantes que desconfían el uno del otro (v. 41Así he estado veinte años en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces. ), por eso desean que atalaye Jehová entre ellos.
Recordemos, entonces, que hay quien oye nuestras promesas y vigila su cumplimiento, aunque las promesas sean entre enemigos.
Hay muchas lecciones para nosotros en este pasaje para cuando tengamos que poner el punto final a una relación difícil.
Es importante reconocer que Dios es testigo y que se deben hacer las cosas conscientes de su presencia.