Agosto 26

Deuteronomio 1:34-46Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

VOLVEOS

¡Cuán duro es el camino de la incredulidad! En lugar del rocío de su bendición, el pueblo recibe la ira de Dios. Sólo dos escapan de la ira: los que tuvieron fe para creer (Josué y Caleb) y los inocentes (los niños). Para el resto del pueblo la verdad es: “No estoy entre vosotros” (v. 42Y Jehová me dijo: Diles: No subáis, ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no seáis derrotados por vuestros enemigos.).

El camino de la incredulidad lleva a la rebeldía, está pavimentado con la altivez y engalanado con lo absurdo, pero su fin es siempre el llanto y la amargura. He aquí lo absurdo: Cuando Moisés dijo que Jehová pelearía con ellos si subían contra el cananeo dijeron: “No podemos”. Pero, cuando les dice que Jehová no está más con ellos, preparan armas y deciden ir a pelear.

Lo que la falta de fe vio como imposible, su obstinación vio fácil. No es de admirarse que Dios permitiera tan horrible derrota e impartiera tan drástico castigo.

Estemos advertidos: Dios no se complace de la incredulidad. No dejemos que una pequeña semilla de duda nos aleje para siempre de sus bendiciones. También notemos que son sin valor el arrepentimiento y las lágrimas cuando no hay fe (v. 45Y volvisteis y llorasteis delante de Jehová, pero Jehová no escuchó vuestra voz, ni os prestó oído. ).

“El Sembrador”
La Semilla es la Palabra de Dios
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