Agosto 9

Éxodo 30:17-38Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

ACEITE E INCIENSO

Con el aceite se ungían los muebles del tabernáculo y los sacerdotes que oficiaban allí. Es figura de los multiformes atributos del Espíritu Santo que vemos manifestados en plenitud en la persona de Cristo.

“Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret” (Hch. 10:38cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.). Esto puede ser también nuestra porción como hijos de Aarón (v. 30Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. ), pero notemos que no debía derramarse en carne de hombre (v. 32Sobre carne de hombre no será derramado, ni haréis otro semejante, conforme a su composición; santo es, y por santo lo tendréis vosotros. ).

El fruto del Espíritu no puede manifestarse en la carne; sólo lo puede producir el que ha experimentado el nuevo nacimiento.

Hay mención de este aceite en los salmos: “El buen óleo sobre la cabeza... sobre la barba... y baja hasta el borde de sus vestiduras” (Sal. 133:2Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras).

La presencia del Espíritu en nuestra vida se deja notar en todo lo que somos y todo lo que hacemos. El incienso era una mezcla de varios ingredientes aromáticos. No se especifican las cantidades porque la gracia y gloria de Cristo no tiene medida, pero sí se indica que “de todo en igual peso” (v. 34Dijo además Jehová a Moisés: Toma especias aromáticas, estacte y uña aromática y gálbano aromático e incienso puro; de todo en igual peso) porque cada ingrediente de la gloria total de nuestro Salvador guarda equilibrio perfecto con los demás.

“El Sembrador”
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