Noviembre 30

Isaías 49:1-26Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“YO JEHOVÁ SOY SALVADOR TUYO”

En los primeros versículos habla el Siervo y Salvador (vs. 1-61Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria. 2Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso por saeta bruñida, me guardó en su aljaba; 3y me dijo: Mi siervo eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré. 4Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios. 5Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fuerza); 6dice: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.), luego habla Jehová (vs. 7-137Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió.
8Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades; 9para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Mostraos. En los caminos serán apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos. 10No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas. 11Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas. 12He aquí éstos vendrán de lejos; y he aquí éstos del norte y del occidente, y éstos de la tierra de Sinim. 13Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia.
), luego habla Sión (v. 14Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí.) y Dios le responde. Sión se siente triste y olvidada, pero Dios le da tres razones para sentirse gozosa:

1. Su pensamiento. No hay relación más estrecha que la de una madre con su hijo recién nacido. ¿Se olvidará la mujer del hijo que dio a luz negándole sustento y bienestar? (v. 15¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.). Es difícil. Y el amor de Dios es superior al de una madre abnegada. Él no olvidará a los suyos.

2. Su poder. Su mano encierra un tesoro de gran valor y al abrirse para mostrar lo que protege, no vemos un trozo de papel, una moneda o una joya sino nuestro nombre. “En las palmas de las manos te tengo esculpida” (v. 16He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.), dice Dios, y así entendemos cómo nadie puede arrebatarnos de su mano (Jn. 10:27-2927Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.).

3. Su promesa. “No se avergonzarán los que esperan en mí” (v. 23Reyes serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí.). Ante el “ciertamente” que precede a los versículos 25Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos. y 26Y a los que te despojaron haré comer sus propias carnes, y con su sangre serán embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Jehová soy Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob., toda duda se desvanece.

“El Sembrador”
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