Octubre 3

Isaías 1:21-2:4Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

TRANSFORMACIÓN OBLIGATORIA

El pasaje de ayer y el de hoy hablan de la limpieza que, con respecto al pecado, Dios puede hacer en una nación o en una persona (1:18,2518Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
25y volveré mi mano contra ti, y limpiaré hasta lo más puro tus escorias, y quitaré toda tu impureza.
). Pero cabe notar una marcada diferencia: la primera cita es una invitación, la segunda, una resolución.

Dios no puede soportar la infidelidad de su pueblo para siempre. Éste, no obstante la prosperidad que Dios le había dado durante el reino de Uzías, seguía en su necedad de mezclar la adoración de Jehová con prácticas idólatras, olvidándose del camino de justicia y rectitud que Dios demandaba de él.

La espada de “el Fuerte de Israel” (1:24Por tanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios) tendría que entrar en acción. Una segunda diferencia entre estos dos versículos es que en el primero, el cambio es interno, por agua: el pecador se vuelve limpio frente a Dios. En el segundo, el cambio es por fuego: el idólatra es quitado y la ciudad es purificada.

Si no se le permite a Dios limpiar el corazón, entonces Dios hará que el que se cree fuerte se vuelva estopa y la obra de sus manos sea la chispa que encienda el fuego. Así será purificado el pueblo de Dios (1:31Y el fuerte será como estopa, y lo que hizo como centella; y ambos serán encendidos juntamente, y no habrá quien apague.). ¡Qué clara advertencia!

“El Sembrador”
La Semilla es la Palabra de Dios
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