Enero 30

Salmo 71:1-24Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

EL SALMO DEL ANCIANO

Este salmo está lleno de reminiscencias y de citas de otros salmos. El creyente que lo escribió había conocido a Dios desde la infancia (vs. 5,6,175 Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, Seguridad mía desde mi juventud. 6 En ti he sido sustentado desde el vientre; De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; De ti será siempre mi alabanza. 17 Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, Y hasta ahora he manifestado tus maravillas. ) y había apropiado para sí muchas de las promesas de Dios.

En el ocaso de su vida el cielo está lleno de nubes, unas vacías ya y otras llenas de amenazas, pero hay una luz que las transforma: la memoria de la justicia y de los hechos poderosos de Dios (v. 16Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor; Haré memoria de tu justicia, de la tuya sola.).

No es fácil llegar a una ancianidad feliz. Se necesita más fuerza que la que posee el hombre natural. La vejez es tiempo de conflictos extraños y temores secretos: soledad, invalidez, el ser una carga a los seres queridos, la pérdida de facultades. Estos temores no son nuevos. El autor de este salmo los encaró y los venció, y sus palabras han sido ánimo y estímulo para muchos en el otoño de su vida.

¡Feliz el hombre que llega al final de su vida con el deseo de alabar y servir a Dios, de compartir con la generación nueva un testimonio que engrandezca al que ha sido roca y fortaleza (vs. 3,73 Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, Porque tú eres mi roca y mi fortaleza. 7 Como prodigio he sido a muchos, Y tú mi refugio fuerte.) durante todos los días de su peregrinación!

“El Sembrador”
La Semilla es la Palabra de Dios
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