Febrero 13

Proverbios 13:1-25Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

TODOS LO NECESITAN

Nadie es tan joven o tan viejo que no necesite un consejo. El que lo recibe necesita humildad; el que lo da, requiere de integridad moral y experiencia.

Este capítulo está lleno de consejos acerca del valor de la justicia. El ser humano necesita en este tiempo un consejero que pueda elevarlo sobre la atmósfera turbia que lo ahoga y desconcierta. ¿Hay tal consejero? Sí, lo hay: Cristo es el “Admirable, Consejero” (Is. 9:6Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. ) ya que conoce el pasado, el presente y el futuro (Heb. 13:8Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. ).

Los consejos humanos no siempre son acertados. Roboam, hijo de Salomón, despreció el consejo de hombres maduros que sirvieron a su padre y siguió el de jóvenes que eran sus compañeros (1 R. 12:1-24BIBLIA EN LÍNEA (SITIO EXTERNO)). El resultado fue que el reino se dividió y él se quedó con la parte más pequeña.

Aconsejar es una gran responsabilidad. Estemos llenos de la Palabra y del Espíritu para poder hacerlo bien. El consejo del padre (v. 1El hijo sabio recibe el consejo del padre; Mas el burlador no escucha las reprensiones.) a veces tiene que ir acompañado de la vara (v. 24El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.). Cuando esto suceda sigamos el patrón de la disciplina divina en Hebreos 12:3-113Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. 4Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; 5y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; 6 Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. 7Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? 8Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. 9Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? 10Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. 11Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados..

“El Sembrador”
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