Aquí se contrasta el caminar en integridad delante de Dios con el andar sin ciencia (vs. 1,21 Mejor es el pobre que camina en integridad, Que el de perversos labios y fatuo. 2 El alma sin ciencia no es buena, Y aquel que se apresura con los pies, peca.). Hay quienes transitan por la vida de prisa, pero sin saber a dónde van. No tienen meta temporal en la tierra ni meta para la eternidad. Esto no es bueno.
Vemos a Jonás en el proverbio del hombre que tuerce su camino (v. 3La insensatez del hombre tuerce su camino, Y luego contra Jehová se irrita su corazón.; Jon. 1:3Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.) y luego se irrita con Dios (Jon. 4:8,98Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida. 9Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte. ).
Los ricos siempre tendrán amigos (v. 4Las riquezas traen muchos amigos; Mas el pobre es apartado de su amigo.) pero, ¡cuidado con ellos!, porque son de los que desaparecen en el momento de adversidad.
Hay un uso diferente del dinero en la obtención de amigos (Lc. 16:9Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas.). Podemos usar el dinero para aliviar el dolor y la necesidad del prójimo, tanto el dolor físico como el espiritual, y esto último producirá amigos que nos darán la bienvenida al llegar a las mansiones celestiales.
El mundo trata mejor al rico que al pobre. Se le hace justicia al adinerado más pronto que al menesteroso; pero Dios lo ve y recompensará al que no hace acepción de personas (vs. 6,76 Muchos buscan el favor del generoso, Y cada uno es amigo del hombre que da. 7 Todos los hermanos del pobre le aborrecen; ¡Cuánto más sus amigos se alejarán de él! Buscará la palabra, y no la hallará.; Stg. 2:1-91Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. 2Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, 3y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; 4¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? 5Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? 6Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales? 7¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros? 8Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; 9pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores.).
“A Jehová presta el que da al pobre” (v. 17A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.), anticipa la enseñanza de Cristo cuando dijo: “A mí lo hicisteis” (Mt. 25:40Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.).