Marzo 24

Marcos 12:1-27Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

EN JERUSALÉN

Marcos presenta las esferas de servicio del Señor en forma inversa a Hechos 1:8pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.. Comienza con Galilea, se acerca a Judea y termina con Jerusalén. En Jerusalén resaltan los encuentros con las autoridades políticas y religiosas. Hoy leímos de tres:

1) Con los sacerdotes (vs. 1-121Entonces comenzó Jesús a decirles por parábolas: Un hombre plantó una viña, la cercó de vallado, cavó un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. 2Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que recibiese de éstos del fruto de la viña. 3Mas ellos, tomándole, le golpearon, y le enviaron con las manos vacías. 4Volvió a enviarles otro siervo; pero apedreándole, le hirieron en la cabeza, y también le enviaron afrentado. 5Volvió a enviar otro, y a éste mataron; y a otros muchos, golpeando a unos y matando a otros. 6Por último, teniendo aún un hijo suyo, amado, lo envió también a ellos, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. 7Mas aquellos labradores dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y la heredad será nuestra. 8Y tomándole, le mataron, y le echaron fuera de la viña. 9¿Qué, pues, hará el señor de la viña? Vendrá, y destruirá a los labradores, y dará su viña a otros. 10¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo; 11 El Señor ha hecho esto, Y es cosa maravillosa a nuestros ojos? 12Y procuraban prenderle, porque entendían que decía contra ellos aquella parábola; pero temían a la multitud, y dejándole, se fueron.). Marcó su descuido de la viña. Habiendo sido nombrados por Dios para que del pueblo saliera fruto que honrara a Dios, habían acaparado toda honra para ellos.

2) Con los fariseos y herodianos (vs. 13-1713Y le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra. 14Viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos? 15Mas él, percibiendo la hipocresía de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis? Traedme la moneda para que la vea. 16Ellos se la trajeron; y les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Ellos le dijeron: De César. 17Respondiendo Jesús, les dijo: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaron de él.). Tocó el aspecto político: eran tributarios de César por haber despreciado el gobierno de Dios.

3) Con los saduceos (vs. 18-2718Entonces vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron, diciendo: 19Maestro, Moisés nos escribió que si el hermano de alguno muriere y dejare esposa, pero no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano. 20Hubo siete hermanos; el primero tomó esposa, y murió sin dejar descendencia. 21Y el segundo se casó con ella, y murió, y tampoco dejó descendencia; y el tercero, de la misma manera. 22Y así los siete, y no dejaron descendencia; y después de todos murió también la mujer. 23En la resurrección, pues, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será ella mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer? 24Entonces respondiendo Jesús, les dijo: ¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios? 25Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos. 26Pero respecto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? 27Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis.). Habló de su ignorancia de las Escrituras. Tenían problemas interpretativos porque querían hacer a Dios semejante a los hombres, y las Escrituras nos enseñan que Dios quiere hacernos como él.

Conclusión. En Jerusalén, donde se debiera esperar mayor preparación, mejor comprensión y más cercanía a Dios, no la halló. ¿Por qué? Porque no es el templo, el altar o la voz del profeta lo que produce estas cualidades, sino la sencillez de la fe, como la de un niño, puesta en Dios. No nos confundamos.

“El Sembrador”
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