Cada evangelista empieza su tarea en forma diferente: Mateo con una genealogía, Lucas con una historia, Juan con la eternidad. Estos presentan al hijo de María como Rey, Hombre y Dios, respectivamente.
Marcos, habiendo de presentarlo como Siervo se ocupa de lo que hace y principia con el mensaje que predica: el evangelio que es “poder de Dios para salvación” (Ro. 1:16). Como portador de las buenas nuevas del evangelio, Jesucristo es presentado:
2) Por el Padre, como Hijo Predilecto, obediente y amado (vs. 9-119Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. 10Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él. 11Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.).
3) Por su Prueba, como Señor Poderoso, que vence al enemigo (vs. 12,1312Y luego el Espíritu le impulsó al desierto. 13Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, y era tentado por Satanás, y estaba con las fieras; y los ángeles le servían.).
Aunque su crónica acerca de la tentación abarca sólo dos versículos, Marcos da matices diferentes a los de Mateo y Lucas: Satanás reta a su Creador; las fieras enmudecen ante su autoridad; los ángeles, obedientes, le sirven... Pero falta alguien en el cuadro: Ud. y yo. ¿Qué postura hemos tomado ante el Hijo de Dios?
El ministerio de Cristo fue buscar que el hombre le sirviera por amor (v. 17Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. ). Vino a servirnos para que nosotros después le sirviéramos.