Abril 4

Levítico 4:1-21Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

OFRENDA POR MI PECADO

Hoy notamos dos casos diferentes de pecado por yerro, es decir no es premeditado e intencional:

a) Un individuo, sin cargo ni responsabilidad, puede cometer pecado ante Dios.

b) Uno que ha aceptado el llamado de Dios, puede ser culpable de una ofensa.

Cuando esto suceda, luego que me de cuenta de ello (v. 14luego que llegue a ser conocido el pecado que cometieren, la congregación ofrecerá un becerro por expiación, y lo traerán delante del tabernáculo de reunión.), debo acercarme a Dios con una ofrenda por mi pecado. ¿Qué ha de ser ésta? Otra vez, es Cristo (Ro. 5:8Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.).

La lección sale con fuerza del comentario que de esta ofrenda hace el Espíritu Santo en Hebreos 13:10-1410Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo. 11Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento. 12Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. 13Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio; 14porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir..

La carne que en la ofrenda de paz era comida por el oferente, en ésta era quemada con fuego, fuera de la puerta. Así padeció Cristo. No se agradó a sí mismo (Ro. 15:3Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.), nada hizo para su propia satisfacción (Jn. 4:34Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.) y el lugar donde soportó el fuego de la ira de Dios fue el Gólgota, lugar fuera de los muros de Jerusalén.

Notemos que la sangre de la víctima era introducida al interior del tabernáculo y rociada siete veces delante de Jehová. La sangre de Cristo, que habla en forma más efectiva (Heb. 12:24a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.) es testimonio eterno frente a Dios de que nuestros pecados han sido perdonados y quitada nuestra culpa.

“El Sembrador”
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