Abril 8

Levítico 6:8-18Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

EL FUEGO DEL ALTAR

El fuego del altar “no se apagará” (v. 13El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará.), es decir, el juicio de Dios estará siempre demandando sacrificios.

El fuego que había consumido la ofrenda por el pecado recibiría la víctima del holocausto y ardería hasta la mañana del día siguiente. Mientras el holocausto se consumía serían puestas sobre esas llamas la harina, el aceite y todo el incienso de la ofrenda encendida. Al amanecer de un nuevo día, las cenizas eran retiradas del altar y llevadas fuera del campamento. Allí también estarían las cenizas del resto del animal que como ofrenda del pecado no había sido quemado sobre el altar, sino fuera del campamento.

En este “lugar limpio” (v. 11Después se quitará sus vestiduras y se pondrá otras ropas, y sacará las cenizas fuera del campamento a un lugar limpio.) estaría el testimonio visible y permanente, de las ofrendas y sacrificios que habían subido a Dios en olor fragante.

¿De qué nos habla eso? Que en este nuevo día que hoy vivimos somos invitados a ir a ver las cenizas “fuera del campamento” (Heb. 13:13Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio), no somos invitados al altar, pues el fuego ya no arde allí. Cristo satisfizo todas las demandas de la justicia.

“El Sembrador”
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