Junio 2

Jueces 1:16-36Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

CAMINOS DE FRACASO

A pesar del buen principio, la última parte del capítulo y lo demás del libro se caracteriza por el fracaso que es fruto de la desobediencia, o de lo que es lo mismo: obediencia incompleta.

Judá venció a los moradores de las montañas, mas no pudo con los que habitaban en los valles. No todos eran como Caleb y los carros herrados eran su excusa (v. 19Y Jehová estaba con Judá, quien arrojó a los de las montañas; mas no pudo arrojar a los que habitaban en los llanos, los cuales tenían carros herrados.).

Benjamín permitió que los jebuseos moraran entre ellos (v. 21Mas al jebuseo que habitaba en Jerusalén no lo arrojaron los hijos de Benjamín, y el jebuseo habitó con los hijos de Benjamín en Jerusalén hasta hoy.).

La casa de José no obtuvo una victoria completa (v. 25Y él les mostró la entrada a la ciudad, y la hirieron a filo de espada; pero dejaron ir a aquel hombre con toda su familia.), es decir: ni Manasés (v. 27Tampoco Manasés arrojó a los de Bet-seán, ni a los de sus aldeas, ni a los de Taanac y sus aldeas, ni a los de Dor y sus aldeas, ni a los habitantes de Ibleam y sus aldeas, ni a los que habitan en Meguido y en sus aldeas; y el cananeo persistía en habitar en aquella tierra.) ni Efraín (v. 29Tampoco Efraín arrojó al cananeo que habitaba en Gezer, sino que habitó el cananeo en medio de ellos en Gezer.).

Tampoco Zabulón, ni Aser, ni Neftalí (vs. 28-3328Pero cuando Israel se sintió fuerte hizo al cananeo tributario, mas no lo arrojó. 29Tampoco Efraín arrojó al cananeo que habitaba en Gezer, sino que habitó el cananeo en medio de ellos en Gezer. 30Tampoco Zabulón arrojó a los que habitaban en Quitrón, ni a los que habitaban en Naalal, sino que el cananeo habitó en medio de él, y le fue tributario. 31Tampoco Aser arrojó a los que habitaban en Aco, ni a los que habitaban en Sidón, en Ahlab, en Aczib, en Helba, en Afec y en Rehob. 32Y moró Aser entre los cananeos que habitaban en la tierra; pues no los arrojó. 33Tampoco Neftalí arrojó a los que habitaban en Bet-semes, ni a los que habitaban en Bet-anat, sino que moró entre los cananeos que habitaban en la tierra; mas le fueron tributarios los moradores de Bet-semes y los moradores de Bet-anat. ) y, si somos sinceros, tendremos que añadir nuestro nombre a esta triste lista de los que, pudiendo obtener victorias completas, no lo hicieron.

Los enemigos de Israel representan los deseos de la carne “que batallan contra el alma” (1 P. 2:11Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma). Podremos vencerlos por la fe en Cristo, pero debemos andar en el Espíritu para lograr victorias. De otra manera seremos vencidos; como le ocurrió también a Dan (v. 34Los amorreos acosaron a los hijos de Dan hasta el monte, y no los dejaron descender a los llanos.).

“El Sembrador”
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