Este capítulo contiene en síntesis la historia de Israel durante todo el tiempo de los jueces. En el versículo 11Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales. encontramos por primera vez una frase que aparece siete veces en el libro: “Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová”.
Apartarse de Dios y abrazar la religión de los cananeos resultó en corrupción moral, social y política. Esto fue causa de derrotas y la disciplina trajo lágrimas. Al oír el clamor del pueblo Dios levanta jueces y luego produce un avivamiento. Pero, ¡cuán poco duraba!
Así pasa el día de hoy. Hay avivamientos en nuestra vida personal y en nuestra iglesia, pero son fugaces y transitorios porque, al igual que Israel, se vinculan con el instrumento más que con el Señor mismo. Muriendo el juez, “ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres” (v. 19Mas acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino.).
Nuestra historia, ¿es como la de Israel en el tiempo de los jueces, un ciclo interminable de victorias parciales y derrotas vergonzosas? ¿O es como el camino del justo que, “como la luz de la aurora, …va en aumento hasta que el día es perfecto” (Pr. 4:18Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto.)?