Junio 5

Jueces 3:12-31Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

SEGUNDA APOSTASÍA

Eglón, rey de Moab, junto con Amón y Amalec, es el instrumento que Dios usa para castigar a su pueblo en esta ocasión. El castigo dura dieciocho años. La ciudad de las palmeras es Jericó (v. 13Este juntó consigo a los hijos de Amón y de Amalec, y vino e hirió a Israel, y tomó la ciudad de las palmeras.; Dt. 34:3el Neguev, y la llanura, la vega de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Zoar.).

La primera vez, el clamor se oyó a los ocho años de opresión, no a los dieciocho como en esta segunda vez. Hay una lección en esto y es que el hombre se acostumbra a la derrota y opresión, y cada vez que cae dilata más tiempo en clamar a Dios.

Observamos que Dios usa a hombres muy distintos para llevar a cabo sus propósitos. Aod, tanto en su persona como en sus métodos, se parece poco a Otoniel. En vez de batalla abierta usa subterfugios y un puñal de dos filos de un codo de largo. Más que hazaña heroica parece un crimen lo que hizo con su mano izquierda.

Después de la muerte del rey enemigo, el pueblo salió a luchar, y Dios le dio la victoria. Samgar parece estar relacionado con todo en el trabajo de juzgar a la nación. La aguijada de bueyes que usó contra seiscientos filisteos no es un arma impresionante y esto nos enseña que la victoria no se debe al arma sino a la persona que, al usarla, confía en Dios.

“El Sembrador”
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