Mayo 21

Josué 13:1-33Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

LA HEREDAD DE ISRAEL

La frase: “Y queda aún mucha tierra por poseer” (v. 1Siendo Josué ya viejo, entrado en años, Jehová le dijo: Tú eres ya viejo, de edad avanzada, y queda aún mucha tierra por poseer.), no debe interpretarse como incumplimiento de parte de Josué (11:23Tomó, pues, Josué toda la tierra, conforme a todo lo que Jehová había dicho a Moisés; y la entregó Josué a los israelitas por herencia conforme a su distribución según sus tribus; y la tierra descansó de la guerra.), sino lo proyectado por Dios para preservar los campos de cultivo (Éx. 23:27-3027Yo enviaré mi terror delante de ti, y consternaré a todo pueblo donde entres, y te daré la cerviz de todos tus enemigos. 28Enviaré delante de ti la avispa, que eche fuera al heveo, al cananeo y al heteo, de delante de ti. 29No los echaré de delante de ti en un año, para que no quede la tierra desierta, y se aumenten contra ti las fieras del campo. 30Poco a poco los echaré de delante de ti, hasta que te multipliques y tomes posesión de la tierra.; Dt. 7:22Y Jehová tu Dios echará a estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas en seguida, para que las fieras del campo no se aumenten contra ti.). Significa: Aún hay trabajo por hacer (v. 7Reparte, pues, ahora esta tierra en heredad a las nueve tribus, y a la media tribu de Manasés.).

En este capítulo comienza la sección del libro que se encarga de describir el territorio que Dios, por medio de Moisés y Josué, dio al pueblo.

La heredad de Leví fue especial. “Los sacrificios de Jehová... son su heredad” (v. 14Pero a la tribu de Leví no dio heredad; los sacrificios de Jehová Dios de Israel son su heredad, como él les había dicho.). Dios dijo a Aarón: “Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel” (Nm. 18:20Y Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel.). Los levitas daban sus energías para servir en el tabernáculo, por eso no podían cuidar una parcela de tierra. Las otras tribus entregaban de sus tierras y su ganado lo que Dios les pedía y Dios compartía esto con sus siervos. ¡Qué privilegio y qué responsabilidad!

Si Ud. ha sido lavado en la sangre de Cristo, también es sacerdote (Ap. 1:5,65y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, 6y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. ). ¿Puede decir con sinceridad las palabras del Salmo 16:5,65 Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte. 6 Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es hermosa la heredad que me ha tocado.?

“El Sembrador”
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