Agosto 2

2 Crónicas 7:1-10Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“DESCENDIÓ FUEGO”

Dios manifestó su favor enviando fuego para consumir el holocausto y otra vez leemos que la gloria de Dios llenó la casa. Esto lo vio todo el pueblo y produjo adoración y alabanza en ellos. Así sucederá también cuando el pueblo vea la gloria de Dios en la persona del Mesías que traspasaron y se postrarán ante él en adoración (Zac. 12:10Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.).

Luego leemos de un gran número de sacrificios y ofrendas (v. 5Y ofreció el rey Salomón en sacrificio veintidós mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas; y así dedicaron la casa de Dios el rey y todo el pueblo.), tantos que el altar de bronce resultó insuficiente (v. 7También Salomón consagró la parte central del atrio que estaba delante de la casa de Jehová, por cuanto había ofrecido allí los holocaustos, y la grosura de las ofrendas de paz; porque en el altar de bronce que Salomón había hecho no podían caber los holocaustos, las ofrendas y las grosuras.). ¿Qué sacrificamos nosotros para aquél que se dio a sí mismo para salvarnos?

A la dedicación del templo le siguen siete días de fiesta, la fiesta de los tabernáculos. La lectura parece indicar que ese año hubo catorce días (v. 9Al octavo día hicieron solemne asamblea, porque habían hecho la dedicación del altar en siete días, y habían celebrado la fiesta solemne por siete días.), doble plenitud de ejercicio espiritual y oportunidad para disfrutar las ofrendas y sacrificios de paz que comía el pueblo en presencia de Dios.

Comunión con el Señor y paz que él nos da, deben hacer de nuestra vida una fiesta continua.

“El Sembrador”
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