Agosto 8

2 Crónicas 11:1-23Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

EL REINO DIVIDIDO

La provocación fue grande. Los del norte no querían pagar tributos y apedrearon al que fue a cobrarlos (10:18Envió luego el rey Roboam a Adoram, que tenía cargo de los tributos; pero le apedrearon los hijos de Israel, y murió. Entonces se apresuró el rey Roboam, y subiendo en su carro huyó a Jerusalén.). Roboam juntó un ejército y se preparó a luchar contra sus hermanos de raza, pero Dios prohíbe esta guerra y el pueblo acata sus órdenes. En vez de atacar fortifican sus ciudades.

Hay veces cuando el creyente quiere salir a luchar, pero Dios se lo impide porque necesita fortificarse en gracia y en conocimiento. Dios bendijo al rey y al pueblo por su obediencia.

Hay un éxodo de sacerdotes y levitas y del pueblo que era temeroso de Dios. Estos dejaron sus posesiones en el norte y vinieron a Judá y Jerusalén, huyendo de la adoración de demonios y de los becerros que Jeroboam había hecho (v. 15Y él designó sus propios sacerdotes para los lugares altos, y para los demonios, y para los becerros que él había hecho.). La influencia benéfica de estas personas fortaleció al reino de Judá en gran manera.

La poligamia del padre se repite en el hijo. Es posible que la apostasía de Roboam se debió, como la de Salomón, a la influencia nociva de sus esposas paganas.

¿Qué ejemplo dejaremos para los hijos que siguen nuestros pasos?

“El Sembrador”
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