Todo varón con más de veinte años de edad formaba parte del ejército donde había 12 divisiones con 24,000 soldados. Es notable como los números 12 y 24 se repiten una y otra vez en este libro, en los evangelios y en el Apocalipsis. Hay base más que suficiente para decir que doce es el número que habla de gobierno y organización.
La segunda parte del capítulo nos habla del censo que no se acabó de hacer y que trajo castigo sobre Israel. También nos habla de varios administradores de la hacienda del rey David.
Para buscar una lección para nosotros en este capítulo, sigamos pensando en la mayordomía de los dones que Dios ha puesto en cada uno de nosotros. Cada siervo de David tenía su tarea: viñas, olivares, higueras, ganado, camellos, ovejas, etc. y tendría que dar cuenta de ello. Así sucederá con nosotros. ¿Ya conoce cuál es su vocación, es decir, qué le toca cuidar? ¿Ya se ha preparado para hacerlo con excelencia?
Reconozcamos cuál es nuestro ministerio para luego cumplirlo cabalmente. No envidiemos la tarea de otro, descuidando la nuestra.