Seguimos con el tema de ayer. Esto es lo que aprendemos sobre nuestra actitud hacia el hermano débil. No debemos:
1. Desecharlo (14:1Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones.), sino recibirlo.
2. Disputar con él (14:1Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones.), sino tratar de entender su punto de vista.
3. Discutir su vida con otros (14:4-10Ir a la Biblia en línea). En vez de hablar de él, hemos de hablar con él, buscando que nos entienda a nosotros.
4. Discriminarlo (14:15Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió.), sino darle la mano de compañerismo.
5. Destruirlo (14:15Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió.), sino fortalecerlo y edificarlo para gloria de Dios.
En resumen, en vez de estas acciones negativas debemos seguir “lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación” (14:19Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.). Busquemos que en vez de la crítica haya consideración cariñosa como la que Cristo tuvo para con nosotros (15:3-6 3Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí. 4Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. 5Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, 6para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.). ¡Cuán insignificante será nuestro sacrificio en comparación con el vituperio que él llevó por nosotros! Cristo amó al débil lo suficiente para morir por él (14:15Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió. ; cp. 5:6Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.) y no vino al mundo para agradarse a sí mismo (15:3Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.). Esta sección termina con una oración: que el Dios de la paciencia nos dé entre nosotros “un mismo sentir según Cristo Jesús” (15:5Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús).
Podemos resumir la enseñanza sobre el hermano débil con estas palabras: en lo esencial, unidad; en lo no esencial, libertad; pero en todo, amor. Así, unánimes, a una voz, glorificaremos “al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo” (15:6para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.).