Diciembre 7

Romanos 8:1-27Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

EL ESPÍRITU

En el capítulo 7Ir a la Biblia en línea predomina el YO humano; aquí, en el capítulo 8, vemos al Espíritu de Dios. Se menciona más de veinte veces. Al terminar el capítulo anterior el apóstol dice que hay victoria para cada creyente. En éste nos da el secreto de ella: la ley del Espíritu que nos libra de la ley del pecado y de la muerte. Ilustremos esto. Al subir a un avión que se eleva y vuela sobre las nubes, quedamos libres de la ley de la gravedad que antes nos sujetaba a la tierra. La ley de la gravedad no queda inoperante, pero estamos bajo el control de otra ley, la de la aerodinámica. El que está en Cristo es como el que vuela en avión. Para él no hay condenación porque está libre de la ley del pecado.

Consideremos ahora lo que hace el Espíritu Santo por nosotros:

1. Nos da libertad (vs. 1,21Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.), pero también nos controla (v. 9Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. ).

2. Nos vivifica (v. 11Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.), y en nuestra nueva vida, nos guía (v. 14Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.).

3. Nos anima y asegura, testificando a nuestro espíritu que somos hijos de Dios (v. 16El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.).

4. Es primicias en nosotros de cosecha segura cuando entremos en plenitud de redención (v. 23y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.).

5. Nos ayuda a orar y él mismo intercede por nosotros (v. 26Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.).

Agradezcamos todo lo que el Espíritu de Dios hace en nosotros.

“El Sembrador”
La Semilla es la Palabra de Dios
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