Noviembre 3

Jeremías 33:1-26Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“SI PUDIEREIS INVALIDAR MI PACTO”

Ya han pasado alrededor de 18 años de cautiverio y la voz de Jehová no ha acabado de amonestar, consolar y advertir.

Jeremías pone delante de nosotros a un Padre que, aun en la disciplina, tiene cuidado de sus hijos. Pero nada en sí es nuevo, sólo la confirmación del pacto de Dios: “Un Renuevo de justicia” (v. 15En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra.).

Estas son las cosas “grandes y ocultas” que Dios enseñó al siervo que clamó; y no son mas que el asegurar la posteridad del reino de David y el misterio oculto desde los siglos y las edades: “Cristo en vosotros” (Col. 1:26-28 26el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, 27a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, 28a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre).

Toda la rebelión, pecado y enfermedad del pueblo, y el castigo de Dios, fue cargado en él (Is. 53:6Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.) y todo dominio, autoridad y potencia también serán de él (1 Co. 15:24-28 24Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. 25Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. 27Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. 28Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.).

Notemos cómo Dios asegura la sucesión de sacerdotes (v. 18Ni a los sacerdotes y levitas faltará varón que delante de mí ofrezca holocausto y encienda ofrenda, y que haga sacrificio todos los días.) y la descendencia de David, los reyes (v. 22Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de David mi siervo, y los levitas que me sirven.). Esto nos debe motivar a gratitud y alabanza de nuestro Dios, pues éramos “ajenos a los pactos de la promesa” (Ef. 2:12En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.), pero ahora, en Cristo, somos “reyes y sacerdotes para Dios” (Ap. 1:6y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. ).

¿Se complace Dios en mis funciones como rey y sacerdote?

“El Sembrador”
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