Noviembre 8

Jeremías 38:1-28Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“HUNDIERON EN EL CIENO TUS PIES”

Sedequías da la impresión de ser un títere en la corte de Judá, pero es que, como todo impío, sus pies no podían estar menos hundidos en el cieno que los de Jeremías (v. 22He aquí que todas las mujeres que han quedado en casa del rey de Judá serán sacadas a los príncipes del rey de Babilonia; y ellas mismas dirán: Te han engañado, y han prevalecido contra ti tus amigos; hundieron en el cieno tus pies, se volvieron atrás.). Él, como todo pecador, concibió maldad, se llenó de iniquidad y trajo consigo engaño, cavando y ahondando pozo para sí (Sal. 7:14-1614 He aquí, el impío concibió maldad, Se preñó de iniquidad, Y dio a luz engaño. 15 Pozo ha cavado, y lo ha ahondado; Y en el hoyo que hizo caerá. 16 Su iniquidad volverá sobre su cabeza, Y su agravio caerá sobre su propia coronilla.). En el pozo de la desesperación en el que había caído Sedequías fue rodeado de: (a) Incertidumbre (v. 14Después envió el rey Sedequías, e hizo traer al profeta Jeremías a su presencia, en la tercera entrada de la casa de Jehová. Y dijo el rey a Jeremías: Te haré una pregunta; no me encubras ninguna cosa.). Tenía muchas preguntas. (b) Inseguridad (v. 19Y dijo el rey Sedequías a Jeremías: Tengo temor de los judíos que se han pasado a los caldeos, no sea que me entreguen en sus manos y me escarnezcan.). Tenía temor de los judíos. (c) Inhibición (vs. 25,2625Y si los príncipes oyeren que yo he hablado contigo, y vinieren a ti y te dijeren: Decláranos ahora qué hablaste con el rey, no nos lo encubras, y no te mataremos; asimismo qué te dijo el rey; 26les dirás: Supliqué al rey que no me hiciese volver a casa de Jonatán para que no me muriese allí.). Estaba inseguro de sí mismo.

El número 30 nos habla de rescate. Fueron 30 piezas de plata que pagaron por nuestro Redentor (Mt. 26:15y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata.). Trapos viejos y ropas andrajosas forman parte del cuidado tierno de Dios a los suyos (v. 12Y dijo el etíope Ebed-melec a Jeremías: Pon ahora esos trapos viejos y ropas raídas y andrajosas, bajo los sobacos, debajo de las sogas. Y lo hizo así Jeremías. ). De la boca de Jeremías bien pudo escucharse: “El que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida” (Sal. 103:3-53 El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; 4 El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; 5 El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila.).

El diablo pide zarandear o lastimar al creyente fiel, tratando de hundirlo en la amargura, remordimiento o duda, como a Job, Pedro, y otros. Pero, gracias a Dios, en la virtud de la sangre de Jesucristo, derramada por nosotros, hallamos rescate y consuelo a nuestras fatigas en la lucha contra el enemigo (1 P. 1:18-2118sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, 21y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.).

“El Sembrador”
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