La palabra de Dios es fiel, tanto al hablar de bendiciones como de castigos. Sedequías, como pecador, recoge lo que sembró. Sus ojos y las cabezas de sus hijos y la de los nobles esparcidos en la tierra (vs. 6,76Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de éste en Ribla, haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá. 7Y sacó los ojos del rey Sedequías, y le aprisionó con grillos para llevarle a Babilonia.) quedaron como mudo testimonio de la veracidad de la sentencia de Dios: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gá. 6:7No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará). No hay duda de que: “La paga del pecado es muerte” (Ro. 6:23porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.).
Los pobres del pueblo reciben viñas y heredades (v. 10Pero Nabuzaradán, capitán de la guardia, hizo que en tierra de Judá se quedaran los pobres del pueblo, los que nada tenían, y les dio viñas y heredades.). Aun en la rudeza de Nabuzaradán hace eco el cuidado de Dios para con el desamparado (Éx. 23:11pero el séptimo año la dejarás libre, para que coman los pobres de tu pueblo, y de lo que quede comerán las bestias del campo. Así harás con tu viña y con tu olivar.). Recordemos que Dios ha elegido a los pobres de este mundo “para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman” (Stg. 2:5Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que lo aman?).
Jeremías es tratado en forma especial (vs. 11,1411Nabucodonosor había dado órdenes a Nabuzaradán, capitán de la guardia, acerca de Jeremías, diciendo: 14enviaron entonces a traer a Jeremías del patio de la cárcel, y lo entregaron a Gedalías hijo de Ahicam hijo de Safán, para que lo llevara a casa. Y habitó en medio del pueblo.). No nos debe extrañar la actitud de Nabucodonosor. Recordemos que al humillarse ante Dios conoció la voluntad del Señor (Dn. 4:37Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.). Dios lo utilizó para guardar a su siervo.
Ebed-melec. Dios no pasa desapercibido el temor de este hombre (v. 18Porque ciertamente te libraré, y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín, porque tuviste confianza en mí, dice Jehová.), ni Jeremías es ingrato con él. Dios trae a memoria su obra y Ebed-melec es recompensado.
Para nosotros también está fijado un día para recibir según lo que hayamos hecho (2 Co. 5:10Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.). ¿Estamos preparados?