Jeremías, con figuras poéticas muy ricas, busca que el pueblo vea lo errado de su camino. Veían las señales en los cielos (sol, luna, lluvia, viento) y seguían el “camino de las naciones” (v. 2Así dijo Jehová: No aprendáis el camino de las naciones, ni de las señales del cielo tengáis temor, aunque las naciones las teman.). El temor que sentían al estar cerca de la obra de Dios, los llevaba a adorar o deificar lo que veían o sentían: nunca pensaban que detrás de esto había un Creador.
Esto era algo inexcusable para el hebreo que tenía el testimonio constante de que su Dios es Creador de todo y “Rey de las naciones” (v. 7¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones? Porque a ti es debido el temor; porque entre todos los sabios de las naciones y en todos sus reinos, no hay semejante a ti. 8Todos se infatuarán y entontecerán. Enseñanza de vanidades es el leño.).
En sus contrastes hace resaltar tres cosas de los ídolos:
1. Limitantes de su poder. No se pueden dar forma ellos mismos (v. 3Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; porque leño del bosque cortaron, obra de manos de artífice con buril.), no se pueden mantener firmes (v. 4Con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva.), no pueden hacer ni bien ni mal (v. 5Derechos están como palmera, y no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder.).
2. Limitantes de su virtud. Tienen que ser cubiertos de oro, azul y púrpura para que tengan dignidad (v. 9Traerán plata batida de Tarsis y oro de Ufaz, obra del artífice, y de manos del fundidor; los vestirán de azul y de púrpura, obra de peritos es todo.).
3. Limitantes de su autoridad. La voz de Dios tiene autoridad sobre la creación (v. 13a su voz se produce muchedumbre de aguas en el cielo, y hace subir las nubes de lo postrero de la tierra; hace los relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos.), pero la obra del artífice es muerta y por lo tanto, muda (v. 14Todo hombre se embrutece, y le falta ciencia; se avergüenza de su ídolo todo fundidor, porque mentirosa es su obra de fundición, y no hay espíritu en ella.).
¡Hermoso tema para nuestra adoración es notar que el Dios que conocemos no tiene estas limitaciones! Hagamos nuestras las exclamaciones del profeta en los versículos 6 y 76No hay semejante a ti, oh Jehová; grande eres tú, y grande tu nombre en poderío. 7¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones? Porque a ti es debido el temor; porque entre todos los sabios de las naciones y en todos sus reinos, no hay semejante a ti..