Octubre 16

Jeremías 16:1-21Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

CONSUELO

Podemos entender la instrucción de Dios para Jeremías de no casarse, a la luz de Génesis 24:67Y la trajo Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer, y la amó; y se consoló Isaac después de la muerte de su madre.. Buscar consuelo para sí en el calor de un hogar sería egoísmo de parte del profeta si los hijos llegaban a un mundo sin consuelo.

También tenía instrucciones de no entrar en casa de luto porque su consuelo sería mentira, porque Dios había retirado del pueblo su paz, su misericordia y sus piedades (v. 5Porque así ha dicho Jehová: No entres en casa de luto, ni vayas a lamentar, ni los consueles; porque yo he quitado mi paz de este pueblo, dice Jehová, mi misericordia y mis piedades.). Además, no podía ir a casa de banquete, pues su gozo sería hipocresía.

Él, como profeta, debía identificarse con Dios en su sufrimiento (14:17Les dirás, pues, esta palabra: Derramen mis ojos lágrimas noche y día, y no cesen; porque de gran quebrantamiento es quebrantada la virgen hija de mi pueblo, de plaga muy dolorosa. ). Pero, dentro de este cuadro donde parece que la consolación ha huido, hay un “no obstante” (v. 14No obstante, he aquí vienen días, dice Jehová, en que no se dirá más: Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de tierra de Egipto), que es como un punto de luz en el horizonte. Hay una lección aquí: el único consuelo verdadero viene del cielo. El mensaje proponía que para los hijos que nacieron en el cautiverio sí había consuelo (v. 15sino: Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del norte, y de todas las tierras adonde los había arrojado; y los volveré a su tierra, la cual di a sus padres.).

Otro destello en esta noche oscura es la adoración del profeta: “Oh Jehová, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción” (v. 19Oh Jehová, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho.).

Aprendamos a tener y a buscar siempre nuestro consuelo en Dios.

“El Sembrador”
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