Octubre 26

Jeremías 26:1-24Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

JEREMÍAS, MIQUEAS Y URÍAS

Estas son tres personas diferentes, pero llamadas a una misma vocación (Ef. 4:4un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación): dar un mensaje fiel aun a costa de su seguridad personal.

En nuestros días, Dios desea mostrar a hombres y a reinos, por su iglesia, el mismo mensaje: Oír (v. 4Les dirás, pues: Así ha dicho Jehová: Si no me oyereis para andar en mi ley, la cual puse ante vosotros), atender (v. 5para atender a las palabras de mis siervos los profetas, que yo os envío desde temprano y sin cesar, a los cuales no habéis oído) y volverse a Dios (v. 3Quizá oigan, y se vuelvan cada uno de su mal camino, y me arrepentiré yo del mal que pienso hacerles por la maldad de sus obras.). Cuando esto es cumplido por el hombre, Cristo hace efectiva su promesa: “Entraré a él, y cenaré con él” (Ap. 3:20He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo).

Silo (v. 6yo pondré esta casa como Silo, y esta ciudad la pondré por maldición a todas las naciones de la tierra.), tenía este significado para Dios: “La tienda en que habitó entre los hombres” (Sal. 78:60Dejó, por tanto, el tabernáculo de Silo, La tienda en que habitó entre los hombres). Silo (Siloh) se relaciona con Sión, la ciudad del Rey (Gn. 49:10No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.). Por esto Dios enviaba, a principio de cada reinado, una advertencia al rey con el propósito de que éste obedeciera su voz. De allí que 118 años atrás Ezequías oye la exhortación y tiene un buen reinado. No así Joacim que, al dar muerte a Urías (v. 23los cuales sacaron a Urías de Egipto y lo trajeron al rey Joacim, el cual lo mató a espada, y echó su cuerpo en los sepulcros del vulgo.), llena de sangre inocente a Jerusalén (2 R. 24:4asimismo por la sangre inocente que derramó, pues llenó a Jerusalén de sangre inocente; Jehová, por tanto, no quiso perdonar.).

Silo fue destruida, pero quedó un testimonio elocuente: “Ved lo que le hice” (7:12Andad ahora a mi lugar en Silo, donde hice morar mi nombre al principio, y ved lo que le hice por la maldad de mi pueblo Israel.). Sión también fue destruida. Ante este testimonio doble tenemos la exhortación de Hebreos 2:1-41Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. 2Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, 4testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad. y haremos bien en prestarle nuestra atención.

“El Sembrador”
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