Octubre 7

Jeremías 7:1-34Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“PERO NO TE OIRÁN”

Indudablemente fue un trabajo difícil el de Jeremías: predicar y profetizar a un pueblo de quien sabía que no le iba a escuchar (v. 27Tú, pues, les dirás todas estas palabras, pero no te oirán; los llamarás, y no te responderán.). Cobremos ánimo los que a veces predicamos y no vemos ningún fruto. Tomemos ejemplo y seamos fieles a nuestra vocación.

La lección de ayer continúa: Dios no había pedido sacrificios cuando sacó al pueblo de Egipto, lo que pidió fue obediencia. Cabe pensar: ¿En qué se beneficia Dios con todo lo que le entrego? ¿Acaso lo necesita? El no hacer esto o aquello, ¿modifica en algo lo que Dios es o tiene? La respuesta a todas estas preguntas es negativa. Quien necesita de este ejercicio soy yo.

¿Qué es lo que Dios busca hoy? Un pueblo que le obedezca, que confíe en su sabiduría dejando que él trace su camino, que confiese su poder dejando que él supla sus necesidades, que confiese su amor cantando siempre sus bondades. Por esto pidió: “Escuchad mi voz,... andad en todo camino que os mande” (v. 23Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien.).

La idea de apaciguar la ira de Dios con ofrendas, es el engaño de Satanás que ha enriquecido a los propagandistas de muchas religiones.

“El Sembrador”
La Semilla es la Palabra de Dios
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