Tras tres días de aflicción y ayuno, Ester se viste con esmero y se acerca al rey sin haber sido llamada. ¿Nos recuerda algo lo del tercer día?
Fue una tercera mañana cuando Abraham levantó los ojos y vio el lugar donde su cuchillo debía atravesar el corazón de su hijo (Gn. 22:4Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos), pero allí Dios proveyó un sustituto (Heb. 11:18,1918habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; 19pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir).
Fue al tercer día que Josué y el pueblo cruzaron el Jordán (Jos. 3:2Y después de tres días, los oficiales recorrieron el campamento).
Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del gran pez (Jon. 1:17Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.) pero luego, como hombre nuevo, es comisionado para predicar a Nínive (Jon. 3:2Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré.).
Agradezcamos nuestra libertad para entrar a la presencia de Dios, “aceptos en el Amado” (Ef. 1:6para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado), quien resucitó al tercer día, victorioso sobre la muerte.
Ester invita al rey y a Amán a un banquete preparatorio. Mientras, Amán hace sus planes para destruir a su enemigo (v. 14Y le dijo Zeres su mujer y todos sus amigos: Hagan una horca de cincuenta codos de altura, y mañana di al rey que cuelguen a Mardoqueo en ella; y entra alegre con el rey al banquete. Y agradó esto a los ojos de Amán, e hizo preparar la horca.). Ni remotamente pensó que estaba fabricando el instrumento que serviría para su propia ejecución. Amán no es el único artífice de su propia desgracia (Ro. 2:5Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios).