ENERO 25

Ester 8:1-17Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

¿QUIÉN LLEVA EL ANILLO?

Una vez ahorcado Amán el rey toma el anillo y lo da a Mardoqueo. Si recordamos la introducción a este libro no será difícil ver la alegoría. Asuero nos representa a nosotros. Cuando dio el anillo a Amán (3:10Entonces el rey quitó el anillo de su mano, y lo dio a Amán hijo de Hamedata agagueo, enemigo de los judíos) las cosas anduvieron mal para el pueblo de Dios, pero cuando se lo da a Mardoqueo todo marcha bien.

Para entender el significado del anillo recurramos a otra historia, la de José en Egipto. Faraón le dio su anillo confiriéndole autoridad para gobernar (Gn. 41:40-4440Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. 41Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. 42Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; 43y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto. 44Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto). Aunque Faraón y Asuero seguían siendo supremos, investían con los poderes ejecutivos a quien recibía el anillo. Así es con nosotros: podemos entregar las riendas de nuestra vida a los deseos de la carne o a la dirección del Espíritu Santo. ¿Quién lleva nuestro anillo? Si lo tiene la carne las cosas andarán muy mal en nuestra vida. Está a nuestro alcance hoy hacer morir a la carne (Col. 3:5Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría) y entregar el señorío al Espíritu Santo. En este capítulo está el versículo más largo de la Biblia (v. 9Entonces fueron llamados los escribanos del rey en el mes tercero, que es Siván, a los veintitrés días de ese mes; y se escribió conforme a todo lo que mandó Mardoqueo, a los judíos, y a los sátrapas, los capitanes y los príncipes de las provincias que había desde la India hasta Etiopía, ciento veintisiete provincias; a cada provincia según su escritura, y a cada pueblo conforme a su lengua, a los judíos también conforme a su escritura y lengua.) que habla de una carta que circuló por todo el imperio llevando, en todo idioma y lengua, la buena noticia de que había forma de escapar de la muerte. Así debe proclamarse el evangelio.

“El Sembrador”
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