ENERO 8

Salmo 80:1-19Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“RESTÁURANOS”

Tres veces en este Salmo aparece esta oración (vs. 3,7,193 Oh Dios, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. 7 Oh Dios de los ejércitos, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. 19 ¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.). Notemos cómo cada vez se va ampliando el título que el salmista usa al referirse a su Dios. Cuanto más conozcamos a nuestro Señor, tanto más debe crecer nuestro aprecio a su persona.

Pedro es un buen ejemplo de restauración. Negó a su Maestro (Mt. 26:69-7469Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el galileo. 70Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices. 71Saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba con Jesús el nazareno. 72Pero él negó otra vez con juramento: No conozco al hombre. 73Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre. 74Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo), pero el rostro de su Señor (Lc. 22:61Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. ) y sus palabras en la playa (Jn. 21:15-1915Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. 16Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. 17Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. 18De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. 19Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.) hicieron que regresara al buen camino.

La regeneración (nuevo nacimiento) ocurre una sola vez, pero podemos experimentar la restauración varias veces. Si el lector anda en malos caminos, sin sed de Dios, sin apetito de su Palabra, sin deleite en la oración, entonces debe hacer suyo este Salmo y clamar de todo corazón: ¡Restáurame!

El pueblo de Dios se ve otra vez como un rebaño cuyo Pastor está entre querubines (v. 1Oh Pastor de Israel, escucha; Tú que pastoreas como a ovejas a José, Que estás entre querubines, resplandece.), otra referencia al santuario que caracteriza a esta sección de los Salmos.

El pueblo también aparece como una vid (vs. 8-16Ir a la Biblia en línea). Floreció por un tiempo, pero luego fue destrozada y quemada.

Dios tiene otra vid: Cristo, que es:

1. Varón de su diestra (v. 17Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, Sobre el hijo de hombre que para ti afirmaste.; Hch. 2:34-3634Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, 35 Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. 36Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.).

2. El hijo del hombre (v. 17Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, Sobre el hijo de hombre que para ti afirmaste.; Lc. 22:48Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?).

3. El que da vida como vid verdadera (v. 18Así no nos apartaremos de ti; Vida nos darás, e invocaremos tu nombre.; Jn. 15:1-51Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.).

“El Sembrador”
La Semilla es la Palabra de Dios
Apartado Postal 28,
94300, Orizaba, Ver., México.
xm.gro.rodarbmesle@rodarbmesle