FEBRERO 15

Jonás 3:1-10Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

JONÁS RECOMISIONADO

Hay dos lecciones muy importantes en el primer versículo:

1. El fracaso no nos absuelve de una responsabilidad. Dios perdona el fracaso, pero insiste en nuestra obediencia.

2. La gracia de Dios es evidente en la frase “por segunda vez”. Dios no busca otro profeta. Le da otra oportunidad a Jonás.

Cuando Pedro negó al Señor no perdió sus privilegios. El Señor le volvió a encomendar el cuidado de sus ovejas (Jn. 21:15-1715Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. 16Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. 17Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.) y lo usó poderosamente siete semanas más tarde en Pentecostés (Hch. 2:1,141Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 14Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.). Todo parece indicar que un día de predicación en Nínive bastó para empezar a ver resultados (vs. 4,5 4Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. 5Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos.).

Ningún profeta ni apóstol, ni ayer ni hoy, ha visto la conversión de toda una ciudad en tan pocos días de predicación. Desde el rey, cuyo nombre no se nos da, hasta el menor en el reino, todos creyeron y manifestaron su arrepentimiento con ayuno.

El secreto del éxito de Jonás como predicador radica en que fue enviado por Dios y Dios fue la fuente de su mensaje: “Proclama en ella el mensaje que yo te diré” (v. 2Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré.). Un sermón puede ser muy elocuente, pero sin mensaje recibido de Dios, será ineficaz.

“El Sembrador”
La Semilla es la Palabra de Dios
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