Unos hombres trataban de justificarse ante el Señor insinuando que eran menos pecadores que unos galileos (v. 1En este mismo tiempo estaban allí algunos que le contaban acerca de los galileos cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos). Pero el Señor da una sola respuesta: “Si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (vs. 3,53Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. 5Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.).
El mismo Señor dice que algunos dirán: “Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste” (v. 26Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste). Pero de Cristo habrá una respuesta: “Apartaos de mí” (v. 27Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad).
¿Es usted una persona que trata de ser mejor que los demás, que hace toda clase de buenas obras para poder decir: Yo no soy tan pecador como otros? La Biblia dice: “No por obras” (Ef. 2:9no por obras, para que nadie se gloríe). También nos dice: “Arrepentíos” (Hch. 2:38Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo). ¿Acaso dirá usted: Yo iba a todas las reuniones donde se enseñaba tu Palabra; daba mi ofrenda...? La Biblia es clara al señalar: “Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (Ro. 10:9que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo).
Si recibe a Cristo en su corazón tendrá alivio de su enfermedad que es el pecado, y se sentará en el reino de Dios (vs. 12,2912 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad 29Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.). Que no le toque a Ud. oír: “¡Cuántas veces quise juntar... y no quisiste!” (v. 34¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!).