Las mujeres tienen un lugar prominente en el relato de Lucas. Se nos narra cómo “le servían de sus bienes” (8:2,32y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, 3Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes), cómo sabían escoger “la buena parte” (10:42Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.), cómo le siguieron “desde Galilea” hasta el Calvario (23:27,4927Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él. 49Pero todos sus conocidos, y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas.). Tal vez por eso son las primeras en llegar al sepulcro (24:1El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas), las primeras en escuchar las nuevas de su resurrección (24:6No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea) y las primeras que creyeron. Sabemos que creyeron, porque fueron las primeras en dar las nuevas de su resurrección (24:23y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive).
Pedro también tiene un lugar importante en estos momentos. Fue el primero de los apóstoles en ver al Señor resucitado (24:34que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón; 1 Co. 15:5y que apareció a Cefas, y después a los doce) y, aunque “fue a su casa maravillándose de lo que había sucedido” (24:12Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido.), no podemos dudar que también había creído. Si él no salió a proclamar las buenas nuevas, fue porque había dolor en su corazón y lágrimas en sus ojos. Le faltaba el encuentro con su Maestro que lo restauraría a comunión y servicio (Jn. 21:17Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas).
¿Nuestra lección? Cuidémonos de ser siempre vasos limpios y dispuestos para llevar las buenas nuevas a otros.