En el versículo 30Porque así como Jonás fue señal a los ninivitas, también lo será el Hijo del Hombre a esta generación. Cristo se proclama como señal por medio de dos comparaciones:
a) La reina del Sur que vino de muy lejos para oír la sabiduría de Salomón (v. 31La reina del Sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación, y los condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar).
b) Los hombres de Nínive que se arrepintieron al escuchar la predicación de Jonás (v. 32Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque a la predicación de Jonás se arrepintieron, y he aquí más que Jonás en este lugar).
Luego dice a la multitud: “He aquí más que Salomón... y... más que Jonás”, refiriéndose a sí mismo. ¡Preciosa verdad!
Desde hace veinte siglos Cristo es la señal que nos lleva a la presencia de Dios. El dice: “Yo soy el camino,... nadie viene al Padre, sino por mí” (Jn. 14:6Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí). No tiene Ud. que viajar tan lejos como lo tuvo que hacer la reina del Sur. Él ya está a la puerta de su corazón (Ap. 3:20He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo).
Si los de Nínive hicieron caso a la predicación de Jonás, ¿no cree Ud. que Cristo merece más de su parte? Vuelva la vista a Cristo en la cruz y escuche lo que dice: “¿No os conmueve a cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor” (Lm. 1:12¿No os conmueve a cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; Porque Jehová me ha angustiado en el día de su ardiente furor.). Acepte a Cristo. Recíbale. Si lo hace, escuchará estas palabras: Bienaventurado porque oíste mi palabra y la guardaste (v. 28Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.).