ABRIL 11

Hebreos 8:1-13Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“EL PUNTO PRINCIPAL”

“El punto principal” se encuentra en los primeros dos versículos y se amplía en los siguientes, antes de llegar el escritor a la tercera advertencia (10:26-39Ir a la Biblia en línea (sitio externo)).

La palabra a subrayar es: TENEMOS. En este pasaje vemos que:

1. Tenemos un “sumo sacerdote” en los cielos (vs. 1,41Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, 4Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley). Esto nos asegura su vigencia; está en funciones hoy.

2. Tenemos un “ministro del santuario” (vs. 2,52ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre. 5los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.). Esto da entrada a muchos superlativos. La palabra MEJOR es otra de mucho interés en el estudio de esta Epístola. Tenemos lo real: tabernáculo en los cielos y no sólo la imagen, que es lo que fue el tabernáculo en la tierra. Esto nos lleva a “mejor ministerio”, “pacto” y “promesas” (v. 6Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.).

3. Tenemos un sacerdote con una ofrenda en sus manos (v. 3Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer; 9:24,2524Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 25y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.). Esto nos lleva a ver lo perfecto y lo eficaz de su obra.

Lo visto nos debe hacer pensar que, al tener todas estas cosas, es grande nuestra responsabilidad y será grande nuestro castigo si desaprovechamos lo que Dios nos ha dado. El primer paso para recibir las dádivas de Dios es darle nuestro corazón para que en él escriba su pacto (v. 10Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo).

“El Sembrador”
La Semilla es la Palabra de Dios
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