Amor entre hermanos, hospitalidad y el identificarnos con los miembros del cuerpo de Cristo que sufren, son la primera exhortación (vs. 1-31Permanezca el amor fraternal. 2No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. 3Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.).
La satisfacción de deseos sexuales y la avaricia son temas de la segunda (vs. 4,54Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios. 5Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré). Hay que aprender a disfrutar y agradecer a Dios lo que de él hemos recibido: esposa, hogar, bienes... pero más: su ayuda (v. 6de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.).
De mis pastores: los que me guiaron en el camino del Señor, he de recordar: la palabra que me hablaron, el resultado de su conducta y la fe que los llevó a alcanzar este resultado ante Dios. Pero de las tres he de imitar sólo su fe (v. 7Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.). Imitar sus palabras sería quedarme con lo que está en el vaso y no con la fuente. Imitar su conducta sería buscar ser copia de una copia y no del original. Imitar su fe es ver al Señor Jesús (12:2puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.) y esto es el secreto del triunfo.
Entonces, al pastorear la grey del Señor, hagámoslo de tal forma que lo que quede en los corazones de las ovejas sea sólo el deseo de oír al Pastor, imitarle y poner en él los ojos. Si logramos esto, difícilmente se extraviarán. Este es el consejo final (vs. 8,9 8Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. 9No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.).