ABRIL 24

Daniel 2:1-23Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“NO HAY HOMBRE... QUE PUEDA”

Tanto el rey como los caldeos tenían razón. Si el caldeo no podía correr el velo del tiempo para ver lo ocurrido hace pocas horas, ¿cómo podía jactarse de ver el futuro? Los caldeos pensaban: Si nos dice lo que vio, por analogías y contrastes podemos interpretar la visión, pero no podemos develar el futuro; esto sólo lo hace Dios.

La decisión de Nabucodonosor parece drástica, pero es un paso positivo. Si sólo Dios puede aconsejar con exactitud, ¿para qué mantener a tantos hombres que no podían complacer sus deseos? Al final aprendió la lección: necesitaba a un hombre en el que Dios morara y ese hombre fue Daniel.

De Daniel aprendemos tres lecciones:

1. Intercesión. Pidió un día de prórroga para salvar a todos, no sólo a sus compañeros hebreos.

2. Adoración (vs. 20-2320Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. 21El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. 22El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz. 23A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey.). Espacio falta para comentarlo, pero diremos que la gratitud es una virtud que Dios busca en quienes él bendice.

3. Compañerismo. Sus tres compañeros, con sus oraciones, fueron indispensables al principio (vs. 17,1817Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber lo que había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros, 18para que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia.) y lo serían siempre (v. 49Y Daniel solicitó del rey, y obtuvo que pusiera sobre los negocios de la provincia de Babilonia a Sadrac, Mesac y Abed-nego; y Daniel estaba en la corte del rey.).

Busquemos ser como Daniel para ser bendecidos y para ser una bendición a los que nos rodean.

“El Sembrador”
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