Esta profecía se cumplirá cuando el Señor regrese en gloria con sus santos (Ap. 19:11-21Ir a la Biblia en línea (sitio externo)). En ella hay una advertencia y una señal:
1. “Acordaos de la ley de Moisés mi siervo” (v. 4Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.).
2. La señal sería el profeta Elías que vendría antes del día de Jehová para que hubiera preparación adecuada a tal evento (vs. 5,65He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. 6El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición. ).
Los creyentes también esperamos un gran día (1 Ts. 4:16,1716Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.) y para nosotros también hay señales y advertencias (Mt. 24:4-14Ir a la Biblia en línea (sitio externo); 25:42-4442Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. 44Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? ).
Podemos aprender mucho de los dos personajes mencionados en este capítulo. Moisés pasó cuarenta días con Dios dos veces en el monte Sinaí. Recibió la ley de Dios y la entregó al pueblo. Elías estuvo en el monte Horeb donde escuchó órdenes de Dios en el “silbo apacible” (1 R. 19:8-16Ir a la Biblia en línea (sitio externo)). Elías hizo que el pueblo volviera los ojos al Dios vivo y verdadero y nosotros debemos hacer esto con los que están perdidos y con los recién convertidos.
¿Tenemos nuestro Horeb? ¿Subimos a nuestro Sinaí? Es necesario tener nuestros montes y nuestros tiempos en la presencia de Dios; debemos pasar mucho tiempo en ellos porque sólo allí Dios nos dirá lo que tenemos que hacer en su servicio. Recordemos que se acerca el gran día de su venida.