El evangelio del reino había comenzado a atravesar la frontera del pueblo judío. Los griegos (v. 1En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria.) en este capítulo, son judíos prosélitos o de un padre griego, pero que había creído en Cristo. El uso de la palabra en contraposición con hebreos es la primera señal de desunión.
Las “denominaciones” debilitan. Como comprobación busque la palabra unánimes, antes y después de este capítulo. Tan hermoso cuadro sufre su primera cuarteadura.
Hay otra lección. Al darse cuenta los apóstoles del problema, propusieron se designara a siete, donde la mayoría, tal vez resultó ser de griegos (v. 5Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía;). ¿Quedó resuelto el problema de la unidad? No se nos dice esto, pero sí vemos que el trabajo de expansión no se detuvo (v. 7Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.).
De los diáconos sólo leemos de su trabajo como testigos (v. 8Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.; 8:5Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo.), ministerio que ya tenían antes del diaconado. ¿Qué concluimos? Que no hay nada tan importante como ser testigos de la resurrección de Cristo y como luchar para que la iglesia crezca aunque vengan problemas (vs. 10,1110Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba. 11Entonces sobornaron a unos para que dijesen que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios.).
Consejo práctico. Cuando una iglesia es impulsada a servir, las divisiones se curan solas.