AGOSTO 8

Job 40:1-24Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“SOY VIL”

Job responde a Dios con palabras muy distintas a las que ha usado hasta ahora. Había hablado extensamente sobre su justicia, pero ahora, con pocas palabras, acepta su indignidad, insignificancia e ignorancia.

Ante esta reacción de Job, Dios reanuda su discurso y ahora pasa del plano físico al plano moral, enfatizando en la segunda serie de preguntas el control que tiene sobre sus criaturas.

Las primeras preguntas son duras: “¿Invalidarás tú también mi juicio? ¿Me condenarás a mí, para justificarte tú?” (v. 8¿Invalidarás tú también mi juicio? ¿Me condenarás a mí, para justificarte tú?). Le dice a Job que se vista de majestad y alteza, de honra y hermosura, y que así vestido gobierne el universo como si fuera Dios (vs. 10-1410 Adórnate ahora de majestad y de alteza, Y vístete de honra y de hermosura. 11 Derrama el ardor de tu ira; Mira a todo altivo, y abátelo. 12 Mira a todo soberbio, y humíllalo, Y quebranta a los impíos en su sitio. 13 Encúbrelos a todos en el polvo, Encierra sus rostros en la oscuridad; 14 Y yo también te confesaré Que podrá salvarte tu diestra.).

Para desarraigar el orgullo del corazón de su siervo, menciona dos bestias poderosas e indomables: el behemot y el leviatán. Hoy leímos del primero de estos dos seres. Unos creen que se trata del hipopótamo, creado por Dios con tremenda fuerza que el hombre no ha podido usar. Este animal no usa su fuerza para servir a nadie: es egoísta en extremo. Dios compara al behemot con Job al decir: “el cual hice como a ti” (v. 15He aquí ahora behemot, el cual hice como a ti; Hierba come como buey.).

Podemos preguntarnos: ¿Cómo uso yo la fuerza que Dios me ha dado?

“El Sembrador”
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