En su segunda intervención Zofar responde con premura y en su vehemencia agota todo lo que tiene que decir. Él guarda silencio en la tercera serie de discursos. Dice muchas verdades, pero también comete el error de aplicarlas a un hombre justo. Apoya su argumento en algo que considera evidente desde que el hombre fue puesto sobre la tierra: “La alegría de los malos es breve, y el gozo del impío por un momento” (v. 5Que la alegría de los malos es breve, Y el gozo del impío por un momento?).
Hay error y verdad en esta afirmación. Caín no fue cortado inmediatamente después de haber asesinado a su hermano. Vivió por muchos años y tuvo numerosa descendencia. En su paciencia Dios permitió que los antediluvianos disfrutaran sus placeres, posesiones e inventos durante muchos años. Así es hoy. Hombres malos disfrutan riquezas hasta la vejez. Pero hay verdad en lo dicho por Zofar.
Los placeres disfrutados en el tiempo no son más que una gota al compararlos con el mar de la eternidad. Las tribulaciones del justo son leves comparadas con el “cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (2 Co. 4:17Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;) que le espera.