Job afirma que todo lo que sabemos de Dios es apenas “los bordes” (26:14He aquí, estas cosas son sólo los bordes de sus caminos; ¡Y cuán leve es el susurro que hemos oído de él! Pero el trueno de su poder, ¿quién lo puede comprender?), la orilla de su voluntad y sus propósitos. Hemos oído sólo un leve susurro del trueno de su poder. ¿Anhelamos el día cuando será mayor nuestra capacidad de conocer a Dios?
La última intervención de Bildad es breve (Cap. 25Ir a la Biblia en línea (sitio externo)) y Zofar ya no hace uso de la palabra. Es muy evidente que ya no tenían nada que decir, que habían agotado sus argumentos. Admiramos, pues, la brevedad de Bildad y el silencio de Zofar. Si no tenemos nada que decir, no cansemos a nuestros hermanos con nuestras palabras.
Bildad toca dos temas:
a) La grandeza de Dios (25:1-31Respondió Bildad suhita, y dijo: 2 El señorío y el temor están con él; El hace paz en sus alturas. 3 ¿Tienen sus ejércitos número? ¿Sobre quién no está su luz?).
b) La insignificancia del hombre (25:4-64 ¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer? 5 He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, Ni las estrellas son limpias delante de sus ojos; 6 ¿Cuánto menos el hombre, que es un gusano, Y el hijo de hombre, también gusano?).
Al responder, Job toca los mismos puntos, pero en orden inverso. Acepta su debilidad, pero usa sarcasmo para decir que las palabras de sus amigos no le han ayudado en nada (26:1-41Respondió Job, y dijo: 2 ¿En qué ayudaste al que no tiene poder? ¿Cómo has amparado al brazo sin fuerza? 3 ¿En qué aconsejaste al que no tiene ciencia, Y qué plenitud de inteligencia has dado a conocer? 4 ¿A quién has anunciado palabras, Y de quién es el espíritu que de ti procede?). Después Job supera a Bildad describiendo la majestad y el poder de Dios a pesar de reconocer, como vimos al principio, que sólo conocía una sombra del poder y la gracia de Dios.
Nosotros podemos conocer más de lo que conocía Job (2 Co. 4:6Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.).