Cada versículo incluye el estribillo: “Porque para siempre es su misericordia”. Las 26 veces que dice esto no son vanas repeticiones. Tal vez se nos hizo pesado leer lo mismo tantas veces, pero no hubiera sido así si pudiéramos cantar este salmo. Lástima que es imposible recuperar la música original de los salmos.
Nos gustaría poder oír este salmo, cantado en el templo de Jerusalén en un día festivo. Tal vez el coro de sacerdotes y levitas cantaría la primera parte de cada versículo y la congregación entera la segunda.
Como en el salmo anterior, el Dios que alabamos es el Dios de la creación y de la historia. Debemos ver la misericordia de Dios en todos los incidentes de nuestra vida.
En los últimos versículos notaremos tres demostraciones de su misericordia que deben ser motivos de alabanza para nosotros. Dios nos da:
1. Salvación (v. 23El es el que en nuestro abatimiento se acordó de nosotros, Porque para siempre es su misericordia): “En nuestro abatimiento se acordó de nosotros”.
2. Seguridad (v. 24Y nos rescató de nuestros enemigos, Porque para siempre es su misericordia): “Nos rescató de nuestros enemigos”.
3. Satisfacción (v. 25El que da alimento a todo ser viviente, Porque para siempre es su misericordia.): “Da alimento a todo ser viviente”.