ENERO 9

Salmo 115:1-18Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

UN SALMO DE VICTORIA

Un pueblo débil necesita confiar en un Dios fuerte, no en ídolos sordos, mudos y ciegos (vs. 4-84 Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres. 5 Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; 6 Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; 7 Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta. 8 Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos.).

Este salmo habla tres veces del cielo (vs. 3,15,163 Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho. 15 Benditos vosotros de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. 16 Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres.) y menciona a tres clases de personas que deben confiar en Dios: Israel, la casa de Aarón y todos los que temen a Jehová (vs. 9-119 Oh Israel, confía en Jehová; El es tu ayuda y tu escudo. 10 Casa de Aarón, confiad en Jehová; El es vuestra ayuda y vuestro escudo. 11 Los que teméis a Jehová, confiad en Jehová; El es vuestra ayuda y vuestro escudo.). Promete bendición a estos tres grupos (vs. 12,1312 Jehová se acordó de nosotros; nos bendecirá; Bendecirá a la casa de Israel; Bendecirá a la casa de Aarón. 13 Bendecirá a los que temen a Jehová, A pequeños y a grandes.). Incluye a “pequeños y a grandes” (v. 13Bendecirá a los que temen a Jehová, A pequeños y a grandes.) así que ninguno debe sentirse excluido de la necesidad de confiar en Dios o de la bendición que resulta de hacerlo.

El tiempo de confiar y alabar es hoy, antes de la muerte y su silencio (v. 17No alabarán los muertos a JAH, Ni cuantos descienden al silencio). Nuestro Salvador venció la muerte (Heb. 2:14,1514Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.), “quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio” (2 Ti. 1:10pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio).

Ahora sabemos que el que muere en Cristo pasa inmediatamente a estar con su Señor y aunque su cuerpo queda en silencio, su espíritu adora a Dios. Por eso, los creyentes podemos decir: “Pero nosotros bendeciremos a JAH desde ahora y para siempre. Aleluya” (v. 18Pero nosotros bendeciremos a JAH Desde ahora y para siempre. Aleluya.).

“El Sembrador”
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