MARZO 17

Juan 13:1-20Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

EN EL APOSENTO

La mayor parte de lo narrado en los siguientes capítulos está sólo en este evangelio. Hay dos razones: Juan parece haber sido el discípulo más centrado en esos momentos y, estas pláticas apoyan más fuertemente su objetivo: que creyendo en el Hijo de Dios, tuviesen vida abundante.

Los ritos de purificación pedían que hubiese “tinajas de piedra para agua” (2:6Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros.), pero, ¿quién las tomaría y llevaría a cabo la ceremonia? Todos se sentían más que sus compañeros y nadie se acomedió a hacerlo. ¡Sólo el Maestro!

Antes de hablar de las grandezas y las glorias del que cree en Cristo, qué bueno fue que habló de la humillación y enseñó la lección con su ejemplo (v. 15Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.). En el diálogo de Pedro con el Maestro (vs. 6-106Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? 7Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después. 8Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. 9Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza. 10Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos. ) hay un ir y venir de lo real a lo figurado. Está la limpieza del corazón y la de las acciones; la limpieza que es por la sangre de Cristo y la que es por guardar su Palabra; la limpieza ante Dios y ante los hombres.

Lo provechoso no está en investigar a cuál de ellas se refiere en cada ocasión, sino en investigar si poseo cada una de ellas.

“El Sembrador”
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